Aunque sin especificar criticó el manejo de las entidades públicas
en el país y dijo que no es posible que con todos los ingresos que ha
tenido Ecuador siga existiendo pobreza.
Guillermo Lasso terminó su discurso tomado de
la mano de su esposa, María de Lourdes Alcívar. Juntos saludaron a sus
seguidores. Foto: Lylibeth Coloma | El Telégrafo
De un lado estaban personajes de piel blanca elegantemente vestidos. En el otro se ubicaban, bulliciosamente, personas con ropa humilde, sandalias bajas, niños en brazos, con la piel curtida por el sol.
En el primer grupo estaba Heinz Moeller, ex ministro de Exteriores del gobierno de Gustavo Noboa, y Danilo Carrera, presidente del cuestionado Comité Olímpico Ecuatoriano (COE). Más atrás, Carlos Vera, Galo García Feraud y Guillermo Chang.
En el grupo de los “humildes” estaban ciudadanos de fuera de la ciudad. Habitantes de recintos de Yaguachi, quienes llegaron hasta el norte de Guayaquil en cuatro buses contratados por los dirigentes del Movimiento Creando Oportunidades (Creo), esperaban el pronunciamiento oficial de Lasso.
“Venimos en tres buses a apoyar la candidatura, quien nos trae es una chica de 23 años (Silvia Vera) que quiere ser candidata a la alcaldía de Yaguachi. Yo estoy desempleada y estoy militando para ver si puedo conseguir un trabajo seguro”, dijo Gloria Camba, quien estaba acompañada de una mujer de avanzada edad. Ella tenía en sus manos una de las decenas de afiches con la imagen de Lasso que se repartieron en la noche del miércoles.
“Vi también a los dirigentes de Milagro que hay muchos, en La Inmaculada (recinto) somos como 600 personas, vamos a ver qué se puede hacer”, detalló la mujer que vivió por muchos años en España.
El dispositivo de seguridad fue intenso: hombres, con los llamados “manos libres” en sus oídos y uniformados con camisetas tipo polo de diferentes colores con bordados que decían “Ecuador es posible”. Portaban tabletas, cámaras digitales, varias filmadoras y estaban atentos ante cualquier suceso.
El estacionamiento del lugar estaba repleto y una pantalla gigante con imágenes del ex banquero daba la bienvenida al salón principal, que alquilarlo para un evento cuesta hasta nueve mil dólares. Los videos retrataban un paisaje idílico: Lasso compartiendo con personas humildes, niños de por medio, mientras se escuchaban canciones con contenidos positivos.
Discurso
Cuando llegó el político las pantallas no le ayudaron pues las luces se apagaron y no se divisaba en dónde estaba Lasso. “Llegó, llegó”, gritaban los asistentes que ya tenían una hora esperando en el recinto.
Al subir a la tarima, un locutor dijo: “Llegó la esperanza de Ecuador”. Aunque el objetivo era presentar el libro, el discurso que leyó íntegramente el empresario duró casi una hora. Pocos minutos antes de concluir la intervención, se repartió la nueva obra del empresario.
Fueente: El Telégrafo
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